Pico Salvaguardia

  • Dificultad: facil
  • Tiempo ida y vuelta: 2h
  • Desnivel: 200 metros
  • Altitud max: 2.090m
  • Inicio ruta: La Besurta

Una excusión casi obligada. Al final la cascada de Aigualluts y la cumbre más alta del Pirineo: el Aneto. El acceso a la Besurta está regulado por el Parque durante el verano ( de junio a septiembre y puente del Pilar ) por lo que es necesario coger el autobús que se pone o bien realizar el trayecto andando ( se tarda mas o menos una hora llegar hasta La Besurta).

Descripción de la ruta:
Partimos del Llano de la Besurta (1900) seguimos hasta el cartel que nos indica el camino . Al principio coincidimos con el mismo trayecto que nos conduciría al refugio de La Renclusa pero aproximadamente a los 15 minutos lo dejamos a la derecha, siguiendo nuestra excusión perfectamente delimitada hasta llegar a la pradera de Aigualluts. A lo largo del camino podemos oír y ver a las marmotas, con un poquito de suerte ver sarrios y observar la abundante flora como acónitos, quitameriendas, gencianas, siemprevivas….

Al llegar lo primero que vemos es la cascada y el fenómeno curioso al menos de ver cómo desaparece y se filtra. ¿dónde va a parar esa agua?El agua del deshielo del Aneto es el que acaba en la cascada pero curiosamente esta agua se filtra a través de galerías y conductos y aparece de nuevo en el valle catalán de Arán – en Uelhs Deth Jòeu- para alimentar ya en la vertiente atlántica el río Garona. Justo casi al final del camino nos encontraremos con un panel explicativo en el que recomendamos parar ya que así entenderemos un poco mejor la formación kárstica que tenemos delante.

Sabias qué….?

Norbert Casteret fue el precursor de la espeleología moderna tal y como la conocemos hoy en día. Nació en Sant-Martory cerca de Saint Gaudens a las orillas del río Garona. Dedicó toda su vida a la exploración de cavernas, cuevas, ríos subterráneos… Fue en 1931 cuando Casteret obtuvo un triunfo más, ahora en el mundo de la hidrología. Hasta ese momento se había creído que el río Garona se originaba en el valle de Arán, pero Casteret siempre había pensado que las aguas procedían del Pirineo Aragonés.

Así utilizó colorantes que vertió en el Agujero de Toro, en las Maladetas, y después de cumplir con su recorrido subterráneo, esas aguas coloreadas aparecieron en el valle de Arán para continuar hacia el río Garona hacia Saint Gaudens y Toulouse. ”Llevó a los Montes Malditos, a lomo de mula, 60 kilos de fluorescencia en latas. Al anochecer, bajo una lluvia torrencial, volcó la tintura en la cueva. A la mañana siguiente, en el camino de Goueil de Joueou, se encontró con un pastor aterrorizado. “El Garona se ha vuelto verde” exclamó el hombre. “Ha sido embrujado” y Casteret demostró que tenía razón. La testarudez del espeleólogo había salvado el valle.